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Atención.
Pienso lo ególatras que somos los seres humanos, siempre por ahí pensando que nuestros problemas son lo más importante, pensando que nuestra vida requiere la atención del mundo entero, pensando que sólo lo que nos pasa tiene valor, preocupándonos por facturas y reconocimientos sociales; y al estar ahí, como un punto insignificante en medio de la nada, pienso que el mundo es mucho más inmenso que lo que le pueda ocurrir a una persona; el universo es tan grande y tan magnánimo, pero no lo vemos así porque siempre estamos sumergidos en nosotros y en nuestros pequeños problemas que agrandamos de manera sistemática, quizá para sentirnos importantes, quizá para creer que somos valiosos y grandes. El estar a esa altura, en una montaña, es como ser una hormiga que sube por el cuerpo de una persona, es como ser tan pequeño.. y creo que eso te da humildad y te grita de manera sutil que estás muy lejos de ser ese semi-Dios que te crees en tu trabajo, en tu escuela, en tu casa o entre tus amigos que te brindan algo de reconocimiento.
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